La vida se desperdicia en la gente y los domingos en la cama.

Todo el mundo necesita alguien a quien abrazar en invierno y una piel que acariciar en verano.
Alguien con quien aburrirse los domingos, con quien pelear cuando la calma desatine y a quien invertirle la vida sin sentir que solamente la desperdicia.
Todo el mundo necesita un cómo estás aunque la respuesta sea lo de siempre. Todo el mundo necesita acabarse la boca de vez en cuando de puro besar, que los brazos se cansen de tanto ser hogar; sentirse en alguien y viceversa, sentirse alguien de otro alguien.
De vez en cuando, todo el mundo necesita enfermarse de querer y aliviarse queriendo.

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