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Si a mí se me ocurren faldas, al día se le antoja hacer más viento que nunca. Hace rato que no me siento a escribir a buscar el punto de inflexión para entenderme.¿Sabes? tengo problemas de aceptación. Que quisiera y no quisiera son dos cosas muy diferentes; que en esta vida, linda vida de altibajos nunca ocurre lo que yo quiero que ocurra. Tan bonita y tan cabrona la vida. Últimamente lo único que he abierto son algunas novelas y cervezas. Últimamente ni los ojos quisiera abrir. Últimamente estoy más lejos de todo, los pasos se me hacen kilómetros. Me encontré con muchas personas que me saben sonreír, ¿sabes? He sonreído también. A veces creo que soy susceptible a encajar en la definición común de felicidad, pero soy experta en fracasar. La cruda estuvo durísima hace algunos días, me sostenía la cabeza con las manos para que no se me cayera de pronto; no sé si eran las cervezas o las ideas. Un martes tuvieron que pasar tres tazas hasta el tope de café para darme cuenta que desde la anterior última vez ya no se me puede romper el corazón, lo bueno de los corazones rotos es que solo pueden romperse una vez (ni sé a quien se lo escuché pero me la apropio mientras tanto). Todavía tengo el alma helada desde que descubrí que abraza a alguien más; no quisiera abrir los ojos. Sigo yendo a donde mismo, hago lo mismo con las mismas personas. Siempre llego como buscando a alguien, pero no lo encuentro. Quisiera encontrármelo, decir adiós como se debe: convencional. Adiós, te habría querido para siempre. Espero que ésta si haya sido la última vez, si hubiera una próxima última ocasión, presiento que ahora si exploto y le pido que se quede. Qué espectáculo. Putas ganas de seguir el show... pero siempre amanece. La luz sol nos libra de seguir pensando y haciendo estupideces. A mí no me libra de nada, mis fantasmas son esos desfachatados que te bailan alrededor sin importar que los queme la luz del día. No todo es tan malo. Regresó mi hermana de sus vacaciones y escuché la anécdota sobre avistamientos de ballenas en el mar de Cortés. ¿Sabias que si quieres nadar con ellas no se puede porque se asustan? de tanto susto coletean y te ahogan. No es su intención, sólo es el miedo. ¿Ves? el miedo lo echa a perder todo. Hoy por la mañana mi madre me dijo que ya soy mayor. Me sentí fuerte, no sé por qué. Siempre supuse que la gente mayor deja de darle importancia a los pequeños detalles y puede olvidar mejor. Ya soy mayor, tal vez ya puedo enseñarte lo del amor sin amor. Tal vez... bueno. Te digo, no todo es tan malo, encontré una edición de unos cuentos de Kafka sobre mi escritorio; supongo que ha de ser del mismo que me deja las mariposas para alegrarme el día, sí el que usa cajas de clips como pequeños ataudes para los cadáveres con alitas. No sé, me iré con sonrisa puesta a casa. El tiempo se acaba pero el reloj no avanza. Hora de apagar todo, nos vemos mañana. Ojalá.

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