Instrucciones para apagar velas de pastel.

Imagínate una velita más.
Esta es otra, que no sobra.
Imagina una luz brillante
la más brillante que la loca de la casa te pueda encender.
Una que te ilumine esos ojitos que cargas colmados de esperanzas
y simple anhelo vehemente,
del que te abraza y te revolotea entre las costillas
del que ya te ocupa gran parte del corazón.
Llénate de esa luz que hoy brilla sólo para ti
mas no lo hace tanto como tú.
Imagina todos los desazones: salados y agrios.
todas las veces que creíste que tu pasabas por la vida
cuando era ésta que te cazaba y tú con los ojos cerrados.
ALTO. Juguemos. Pónles pies, elige sus brazos y una cabeza a tu antojo:
y ahora ríe de ellos. Quémalos. Nadie llamará a los bomberos.
Así, ríe hasta que te duelan las entrañas
y te cansen la comisura de los labios.
Sigue riendo, el mundo vibra y respira más complacido cuando lo haces.
Ahora, viene una parte crucial:
Hay que inflar los pulmones con todo ese aliento que te rodea.
Inflarlos como la memoria lo hace con todos los recuerdos
de todos los sitios, de todos los besos, de todas las personas
que te acompañaron cada vuelta del mundo.
Cierra los ojos como para que no se te escape ningún deseo.
Deja que cada uno se funda con tus pupilas.
¿Sabías que ese es nuestro propio universo y que no hay dos iguales?
Una pequeña galaxia contenida en tus ojos.
Tal de única como tú, como siempre y como nunca.
¿Estás lista?
Deja salir todo ese aire.
Que corra en dirección a esa luz, ese fuego tímido que te abrasa la cara
y no se atreve a quemarte.
Sopla fuerte, con todas las ganas de realizar todos tus imposibles.
Sopla fuerte, que se vuelva y vuele al pasado
todo lo que no quieres de este presente.
Creíste que lo había olvidado, ¿cierto?
Todos los días nacemos.
Cada vez más únicos y distantes de lo que comenzamos.
pero todas una nueva ocasión para seguir naciendo.
No dejes de hacerlo.
Feliz enero, hermana del alma.


No hay comentarios:

Publicar un comentario