Para todos, Ella.

Tus brazos tibios forjando almas,
tu voz queda aunque palabras fuertes
tu mirada tierna vistiendo todo quebranto.
Tu mano serena y firme
tu hombro amigo
y tú, como María, todo lo guardabas en tu corazón.
Cambiaste desprecios por sonrisas
hambres por consuelos
dolor por valentía
…y todo lo guardabas en el corazón.
No tengo hubieras,
tal vez muchos quisiera:
quisiera detener el tiempo entre tus brazos.
Quisiera que te supieras la más amada.
Quisiera que vieras como crece la vida bajo tu amable sombra.
…y que todo lo siguieras guardando en tu corazón silente.
Ya no te duele, ya tú sonríes;
repito tu nombre fuerte 
para que me acojas junto a ti.
Te dejo ir, confiando que allá habrá más luz, 
que allá no existe la palabra soledad.
Aquí seguirás, en la excepcional huella de tu existencia.
Y todos, todo, lo seguiremos guardando en nuestro corazón.



Julio 12 de 1945 / Febrero 15 de 2017.

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