Regalos insignificantes.

Un regalo insignificante
...pero con esa palabra.
Vos no elegís la palabra que te va a abrazar el alma cuando más te tiembla.
Para el alto, flaco, desgarbado, lampiño con ojos infantiles que era el mismo corpulento
barba abundante, miope... el mismo que no conocí. El tiempo te ha vuelto increíble, y un montón de hojas color ocre.
El mundo sigue girando como si estuvieses y no sólo en mí. Yo te pienso como quien ha nadado en los ojos de quien ya ha amado. Fuiste. Te encontré entre tantos y te he compartido con los que he querido. Nunca te hubiese llevado flores, aún no lo haría, ni quiero hacerlo. No te dejaría una piedrita, ya no juegas más, ya has alcanzado el cielo; en cambio, tiendo puentes. A veces de los que sólo se sostienen de un solo lado. Por ti, nado y navego en "esos" ríos. Por ti, no me ato a un reloj y bailo como si nadie me viera. Te llevo vivo: por ti, celebro. No sé donde estés, dejo de especular, pero aquí sigues cumpliendo.

Qué bien que viviste, che. Qué bien que  vivo para haberte encontrado.

Posdata. Abrazos a quien le he hablado de ti como parte de mí.

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