Nunca digas nunca.



Algún día vas a enamorarte. Y va ser tan bonito y al mismo tiempo tan doloroso, que todas estas cosas que vives ahorita, estas personas, esas situaciones que tanto llegaron a lastimarte, los recordaras como quien se acuerda al momento de acostarse que no le puso el acento a una letra y automáticamente se consuela con un sonriente «mañana lo hago», dejándolo atrás, olvidándolo. 

El tiempo no lo curará todo, mucho menos es magia que borra heridas; sólo hay que dejar que corra el aire y recordar que el que jura nuncas, casi siempre es el que pierde.

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